Los frijoles enlatados por lo regular traen cantidades obscenas de sodio🧂: en apenas 1/2 taza de frijoles negros de lata puedes comer hasta 1/5 de la dosis diaria recomendada de sodio.

También está el problema de las latas recubiertas de BPA, o bisfenol A, que es una resina epóxica también presente en las botellas de plástico.

El BPA es un interruptor hormonal que daña el cerebro y las glándulas prostáticas de fetos, bebés y niños☠. Las mujeres embarazadas y los menores deben evitarlo a toda costa💀.

También se le ha vinculado con obesidad, diabetes tipo 2,1% disfunción eréctil e hipertensión 😖

La FDA en Estados Unidos afirma que los niveles de BPA presentes en la comida enlatada son demasiado bajos como para que nos preocupemos, pero ¿para que arriesgarnos? Es la misma FDA que aseguraba que las grasas trans eran seguras😡

Un estudio clínico publicado en la revista Hypertension descubrió que, cuando la gente bebía algo de una lata, los niveles de BPA en la orina se disparaban en el transcurso de las siguientes 2 horas, al igual que su tensión arterial. Sin embargo, cuando bebían lo mismo de una botella de cristal no había incremento en los niveles de BPA ni cambios inquietantes en la tensión arterial 🤓

Muchos alimentos y bebidas enlatados anuncian en la etiqueta estar “libres de BPA”, lo que no significa que no hay riesgo. Estudios demuestran que algunos de estos empaques contienen otros interruptores hormonales incluso más potentes como BPS o BPF.

Lo mejor es buscar variedades frescas, orgánicas y bajas en sodio que vengan en frasco de cristal, o cómpralas deshidratadas y remójalas antes de cocerlas 👌

Fuente:

Hyman, Mark. ¿Qué carajos debo comer? (Colección Vital). Penguin Random House Grupo Editorial México.