La mayor parte del pollo comercializado tiene bacterias dañinas. Hasta frutas y verduras pueden estar contaminadas, pero el pollo es el peor infractor… y por mucho.

Provocado por la sobrepoblación en granjas industriales y porque al sacrificar a los pollos en esas condiciones, las heces entran en contacto con la carne. También los antibióticos que les dan crean cepas de bacterias resistentes.

En EUA Consumer Reports examinó +300 pechugas de pollo crudas de supermercados de todo el país y descubrió que 97% tenían 6 bacterias dañinas, incluyendo Salmonella Eterococcus y E. coli.

Cócelo bien el pollo, al menos a 75°C en el interior para matar los gérmenes

Cuida de no freírlo ni quemarlo, eso produce sustancias tóxicas. Eso es no asarlo a altas temperaturas para que la piel quede crujiente. Al horno es mejor.

El pollo crudo nunca debe entrar en contacto con otros alimentos, ni permanecer al descubierto en el refri o la cocina. Desecha el envoltorio de plástico y lava bien los utensilios antes de volver usarlos.

Usa una tabla de picar distinta o rocíale una mezcla de agua con poco peróxido de hidrógeno al limpiarla. En el lavavajillas, enjuágala antes de meterla.

Lávate las manos después de preparar pollo crudo.

Los huevos igual son sospechosos comunes de intoxicación. Son la 2da causa – después de las hortalizas de hoja verde- de brotes de enfermedades por alimentos.

El huevo se contamina cuando las gallinas están infectadas o cuando las heces entran en contacto con la cáscara. Lávalo con agua caliente.

Fuente:

Hyman, Mark. ¿Qué carajos debo comer? (Colección Vital). Penguin Random House Grupo Editorial México.