La noción de que el pescado nutre el cerebro no es una superstición de abuelas. El cerebro es más de 50% grasa y hasta los fetos en desarrollo necesitan las grasas omega-3 del pescado.
Estas grasas son tan especiales que casi todas las autoridades coinciden en incluirlas en la dieta.
Benefician el cerebro, sistema nervioso, corazón y sistema cardiovascular, nos protegen contra el cáncer, diabetes, artritis, inflamación, enfermedades autoinmunes y hasta la depresión 💪.
Un estudio publicado en Lancet reclutó a miles de pacientes cardiacos que tomaban estatinas, antiplaquetarios y otras medicinas. A un grupo se le asignó una dosis diaria de aceite de pescado 🐟 (rico en omega-3) además de sus medicamentos. Este grupo tuvo una disminución de 19% en infartos en comparación con resto.
El exceso de omega-6 y la falta de omega-3 provoca inflamación crónica, causa subyacente de diabetes, cáncer e infartos ❤️.
Las grasas omega-6 provienen de la comida chatarra hiper-procesada y la mejor fuente de omega-3 viene del mar y animales de pastoreo 🐄.
Hay evidencias de que el omega-3 es mejor que la psicoterapia y antidepresivos para la depresión 🙋.
Investigadores de Yale observaron que estas grasas mejoran los síntomas del TDAH en niños y disminuyen actos de agresión y transgresión entre prisioneros 😆 .
Otro estudio de Journal of Clinical Psychiatry, observó que militares estadounidense con niveles bajos de omega-3 eran más propensos al suicidio 🔫.
Fuente:
Hyman, Mark. ¿Qué carajos debo comer? (Colección Vital). Penguin Random House Grupo Editorial México.